sábado, 4 de septiembre de 2010

las mujeres no son de venus y los hombres no son de marte

habitamos todos la misma tierra, venimos y vamos a la misma tierra. pero en medio de lo uno y de lo otro la habitamos con distinta sensibilidad.las mujeres tenemos en nuestra naturaleza el ser penetradas con lo que ello implica. con el acto de confianza necesario para recibir en el cuerpo al otro cuerpo que se quita algo y nos lo deja. recomiendo a todos los hombres que tomen conciencia de sí mismos dejándose penetrar al menos una vez por otro hombre y sientan lo que significa entregarse al que posee. puede que no les resulte sencillo encontrarse cómodos o decidir con quien, o que les parezca ridícula la idea, quizás comiencen a tener en cuenta cosas que nunca tuvieron en cuenta al tener sexo. no tiene que ver con la preferencia, ni con probar si son o no son putos, tiene que ver con la verdad, con la comprensión del alcance del acto que realizan sin imaginar siquiera lo que implica para quien los recibe dentro del propio cuerpo. La limitación en la sensibilidad lleva irremediablemente a la crueldad y a la estupidez sucesiva, simultánea o intermitentemente. es necesario un acto de entrega y confianza absoluto, que sea un secreto si les parece, da igual, notaremos la diferencia. podemos seguir perpetuando la especie, y enamorarnos de ustedes con razones o por capricho... pero para compartir el amor, para crecerlo de verdad... los necesitamos plenamente despiertos

6 comentarios:

  1. Si es cierto que los humanos poseemos (y somos poseidos por) las palabras, y que las palabras hacen actos, entonces el entregarse puede cumplirse en actos simbólicos. Y ya ni siquiera le hace falta a un hombre entregarse a otro hombre, puede hacerlo también a una mujer, a cualquier otra persona. El estar despiertos sería así tener el alma a flor de piel y convidarla, entregarla junto con el cuerpo, y dejarse penetrar por otra alma también, apostando todo el ser.

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  3. querido Hermes usted apuesta a la cuestión de la fe. yo a un solo acto que provocaría incalculables cambios y resistencias, claro

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  4. Apuesto a los actos. Fijate, donde escribí palabras, debí haber puesto palabras. Es que no hablaba de lo dicho, sino de lo simbólico que sostiene los actos. Un mismo acto puede tener dos sentido muy distintos, e incluso opuestos. Digo que este solo acto que planteas puede sostenerse o provocar eso que esperás: entregarse. Pero también puede sostenerse en una idea de flagelo, o de sumisión. Puede provocar amor u odio. Es más, pongo en duda que quien penetra sea quien posee, esa tal vez sea la idea dominante que genera eso que reclamas: el adormecimiento.

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  5. si estamos teniendo esta charla... señal que cabalgamos...

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